III.II.- LÉXICO


En el terreno léxico es donde encontramos mejor defendida la hipótesis defendida en este trabajo, debido precisamente a que las unidades léxicas necesitan de un periodo más largo para su modificación y a que en este terreno concreto es donde mayor se manifiesta la idiosincrasia de un pueblo, confirmando una vez más la existencia de ese dominio lingüístico y cultural de tránsito que aquí intentamos defender. Y aunque hubiéramos podido incluir una relación de términos agrupados por temas, por el momento preferimos incluirlos en una relación alfabética con las pertinentes observaciones a los datos ofrecidos por el D.R.A.E. y el D.C.E.L.C. de Corominas.
Ababol.- “Amapola”, citado por F. Monge, R.D.Tr.P. 1951 p. 211, como un aragonesismo propio.
Ablentar.- Forma que generalmente se admite como la correspondiente aragonesa de aventar. Cfr. Zamora Vicente, R.F.E. XXVII.
Ainas.- “Casi”, realizado siempre con diptongo.
Aita.-“Mojón”. Cfr. Mapa correspondiente del ALEANAR.
Alborga.- “Alpargata de lona con la suela de esparto”; en su extensión parece coincidir plenamente con este dominio lingüístico que se extiende desde La Rioja hasta las costas murcianas.
Alcartesa.- “Artesa”, forma derivada posiblemente del cruce de arca y artesa y recogida por Borau como tal aragonismo.
Amolairas.- “Dos palos de roble de forma cilíndrica que se utilizaban antiguamente para moler la sal del ganado”.
Ansa.- “Asa”. Convive con la forma asa del castellano normal. Su pervivencia hay que relacionarla con la conservación del grupo -ns- en aragonés antiguo y catalán. Cfr. Diego Catalán, “De Nájera a Salobreña” y Corominas, D.C.E.L.C.
Ansias.- “Nauseas”. Para su extensión, que coincide con la aportada para alborga, Cfr. Zamora Vicente, R.F.E. XXVII.
Adaza/Araza.- “Maíz”, como se demuestra en el ALEANAR, es un término propio del dominio aragonés-riojano.
Ardacho/gardacho.- “Tipo especial de lagarto”. El D.R.A.E. lo da como propio de Álava y Navarra. Cfr. Corominas. “Los nombres de lagartija y lagarto en Los Pirineos”.
Arguellau.- “Trapellado, desmayado”. El D.R.A.E. lo sitúa como verbo en Aragón; como tal verbo lo hemos documentado en una sola ocasión: En cuatro días arguellan España, pero su uso más frecuente es el de adjetivo.
Arreñal.- “Cercado próximo a la casa, dedicado antiguamente al cultivo del azafrán”. Seguramente está relacionado con el céltico brinos, de donde el D.R.A.E. deriva brenca, “filamento de la flor del azafrán”. Corominas, sin citar arreñal, da como derivado esblencar, “desbriznar”, y lo localiza en Cuenca.
Ascla.- “Astilla que se clava en la piel”, relacionado con la conservación aragonesa del grupo -c`l-. Cfr. F. Lázaro, El habla de Magallón.
Bajocas.- “Judías”. El D.R.A.E. lo sitúa como murcianismo, confirmando nuestra hipótesis, y se refiere a judías verdes. En nuestro caso, se utiliza para nombrar cualquier tipo de judías y, si son grandes, bajucones. Por su parte, Corominas lo explica por la influencia del catalán bajoca.
Barchilla.- “Medida de capacidad para cereales equivalente a medio almuz”. Una vez más el D.R.A.E. confirma nuestra hipótesis al situarlo de forma incompleta en las provincias de Valencia, Alicante y Castellón.
Barraca.- “Teñá o cualquier otro albergue que se hace en el campo”, fácilmente identificable con su correspondiente término valenciano.
Barral.- “Porrón”. El D.R.A.E lo da como aragonesismo y le asigna otro significado. Su relación con el árabe barrada “refresco” es evidente. Cfr. Corominas. D.C.E.L.C.
Cansino.- “Cansado”; la documentación de este término por Zamora Vicente R.F.E. XXVII para la zona de Albacete confirma nuevamente la hipótesis que aquí venimos defendiendo.
Cello.- “Arco de metal que llevan las cubas y que también se pone a los yugos abiertos”. Para su extensión, Cfr. F. Monge R.D.Tr.P. 1951, VII, p. 214.
Cerneja.- “Cuerda de esparto”, y en especial, y especialmente con la que se hacía la suela de las alborgas.
Cingla.- “Torca”, relacionado con el resultado aragonés del grupo ng`l.
Cociol.- “Vasija de barro donde se hace la colada”.
Corvella.- “Hoz”. Si es pequeña y tiene una vuelta en la empuñadura se denomina corvellote. Cfr. El mapa correspondiente del ALEANAR, donde se puede observar que es un término propio del dominio valenciano.
Cueza.- “Medida utilizada por los molineros para maquilar”.
Chafarinas.- “Persona alocada”.
Chulla.- “Chuleta”. El D.R.A.E. lo da como aragonesismo, y contrastándolo con la calificación que le da Corominas de murcianismo, cfr. D.C.E.L.C., se confirma de nuevo la hipótesis aquí defendida.
Dalla.- “Guadaña”. Para explicar el préstamo catalán que es, cfr. M. Alvar, “Léxico catalán en tierras aragonesas”, en Archivo de Filología Aragonesa, A.F.A. XII-XIII, p. 361.
Esbarar/esbarizar.- “Resbalarse”. La segunda forma figura como aragonesismo en el D.R.A.E.; respecto a la primera, compárese con su correspondiente catalán esbarar.
Escarfollar.- “Pelar almendras y pañochas”. Para su extensión, cfr. El mapa correspondiente del ALEANAR.
Escavillo.- “Escardillo”. Término situado por el D.R.A.E. en Albacete.
Esotrodía.- “Pasado mañana”. Se trata evidentemente de un arcaísmo. Con este mismo significado es utilizado por Cervantes en El Quijote, II, III, 96; cfr. Carlos Fernández Gómez, Vocabulario de Cervantes, R.A.E. 1957.
Esvariar/isvariar.- “Delirar”; para su extensión, cfr. Alvar, A.F.A. XII-XIII, p. 369.
Faldal/faldar.- “Delantal que usan las mujeres”. El D.R.A.E. da este mismo significado para Cuenca.
Falordia.- “Mentira”. Tanto el D.R.A.E. como Corominas lo dan como aragonesismo y como posible catalanismo.
Farineta.- “Harina de almortas”. Relacionado con la conservación aragonesa de f- latina; para su extensión, cfr. Mapa correspondiente del ALEANAR.
Forcate.- “Arado de varas para una sola caballería”. El D.R.A.E. lo sitúa en Álava, Aragón y Rioja como derivado del aragonés forcat<furcatus, y la misma situación le da Corominas.
Forcatín.- “Horcate”, apero para enganchar los tiros de la caballería.
Gallugas.- “Bolas del enebro”.
Garba/garbón.- “Gavilla”, referida especialmente a la leña y al forraje. El D.R.A.E. lo sitúa en Aragón y Murcia como gavilla de mies, y en Navarra como haz de hierba dedicado al pienso del ganado.
Güeña.- “Embutido hecho con los bofes y otras vísceras de los cerdos y ovejas”. El D.R.A.E. lo da como aragonesismo, aunque está localizado también por G. Salvador en Cúllar-Baza, lo que no hace sino confirmar nuestra hipótesis.
Guiñote.- “Juego de cartas parecido al tute, propio del dominio aragonés y riojano”.
Lata.- “Vara larga para varear las nogueras y almendros”.
Lebrillo.- “Vasija de barro más ancha por la parte superior que por el fondo, que se utiliza para adobar la carne de los chorizos”. La forma lebrilla documentada por Zamora Vicente la da él como aragonesismo.
Lincha/quincha.- “Trozo largo y estrecho de terreno”.
Lubio/yubo.- “Yugo”. Dados como aragonesismos por V. García de Diego, Caracteres fundamentales del dialecto aragonés. Zaragoza, 1919.
Llanda.- “Bandeja de hojalata que se utiliza para meter los mantecados y las galletas en el horno”. Zamora Vicente lo sitúa como murcianismo.
Mantorniar.- “Volver a labrar y sembrar la tierra cuando ha nacido mal la primera simiente”.
Mardano.- “Morueco”. Menos usado que la forma general murueco. El D.R.A.E. lo sitúa en Aragón y Murcia. Cfr. F. Monge, R.D.Tr.P. 1951, p. 222.
Molla.- Con el significado general de “parte magra de la carne” y también con el que el D.R.A.E. da como murcianismo, “Miga del pan”. Cfr. Monge, R.D.Tr.P. p. 222.
Nublo.- “Nulo grande”, relacionado con la conservación aragonesa del grupo b`l.
Oncete/bacino.- “Especie de hoz para cortar zarzas”.
Pansio.- “Pasado”, especialmente la fruta. El D.R.A.E. lo da como murcianismo derivado del catalán pansir. Como puede observarse, una investigación más detallada de estas palabras que se piensen tomadas del catalán podría aclarar si algunas de ellas, más que tener tal origen, no son propias de un dominio distinto.
Pesambre/pesumbre.- “Pesadumbre”. Cfr. Zamora Vicente, R.F.E. XXVII.
Pescatero.- “Pescadero”. Relacionado sin duda con la conservación aragonesa y catalana de sordas intervocálicas.
Plegar.- “Recoger”. Relacionado también con la conservación del grupo pl.
Pozal.- “Cubo de cinc”; para los de plástico se utiliza la forma castellana. Está relacionado con el catalán poal y, para su localización, véase el mapa correspondiente del ALEANAR.
Quinal.- “Trípode para colgar la garrucha con la que se saca la tierra de los pozos y utilizado también para suspender la romana en pesos grandes”.
Resurase.- “Afeitarse”.
Rejailla.- “Vara de madera con una especie de paleta de hierro en la punta que se utiliza para limpiar el barro del arado”. Cfr. J. Fernández Sevilla, Formas y estructuras en el léxico agrícola andaluz.
Sanochar.- “Trasnochar”.
Semugues.- “Amugues”.
Velilla.- “Cerilla”, que el D.R.A.E. sitúa en Albacete, Andalucía y León.
Zamploño.- “Sapo, ponzoño”.
Zape.- “El último”.
Zuro.- “Corazón de la panocha”.

IV.- CONCLUSIONES


Sin agotar las posibilidades de nuestro estudio, de lo expuesto anteriormente pueden extraerse algunas conclusiones que trato de resumir a continuación.
Nuestra zona se sitúa en las estribaciones meridionales del Sistema Ibérico y sirven de marco a un continuado movimiento migratorio que supone el trasvase de pobladores norteños hacia las costas surorientales de La Península. Debido al origen riojano, altoaragonés y ultrapirenáico de estos pobladores y debido también a la mayor facilidad de comunicación con zonas de influencia catalano-valenciana, cabe pensar en un dominio lingüístico en el que el castellano como sistema dominante se ha visto modificado por influencias dialectales derivadas de los contactos apuntados antes.
Ese dominio lingüístico, aunque está prácticamente asimilado por el castellano normativo general, todavía hoy es fácilmente reconocible en una serie de resultados específicos que aquí hemos esbozado con toda brevedad; y lo que sí queremos resaltar en cualquier caso es que estos resultados no nos interesan tanto como un mero ejercicio anecdótico cuanto en la medida en que puedan servir para un mejor conocimiento de nuestra geografía lingüística. Queremos llamar con ello la atención sobre la necesidad metodológica de prescindir de los límites administrativos provinciales y buscar mediante la encuesta directa otros criterios para el establecimiento de las consiguientes isoglosas. Por lo que se refiere a nuestra zona, todos los indicios apuntan hacia la existencia de un dominio lingüístico prácticamente desaparecido hoy que se situaría a caballo del dominio propiamente castellano y aragonés, y que se extendería desde tierras riojanas hasta las costas surorientales, sin que por el momento podamos establecer sus límites orientales y occidentales.
Pensamos entonces que la realización de encuestas bien preparadas y su consiguiente interpretación constituye un reto para todos los profesionales de nuestra región que podría dar paso a configurar nuestro Atlas Lingüístico y Etnográfico.

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