Capítulo I

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87. TORRES MENA, José.- "Biografía de D. Ruperto Navarro Zamorano". Madrid, 1856. 29 págs., 4º.

Ilustre jurisconsulto Moyano, autor de respetable producción, como un "Tratado legal sobre las letras de cambio, libranzas, vales, pagarés o billetes a la orden y cartas ..." (Madrid, 1845); "Bancos de Crédito o tratado sobre los establecimientos de crédito ..." (Madrid, 1852); "Curso completo elemental de Derecho romano..." (Madrid, 1842; 4 vols.); y trabajos en la Revista Económica de Madrid. Datos obtenidos de Palau y Dulcet, tomo X. Es también traductor de obras alemanas de jurisprudencia.

88. UREÑA Y SMENJAUD, R.- "Fuero de Cuenca. Formas primitiva y sistemática: texto latino, texto castellano y adaptación del fuero de Iznatoraf". Edición Crítica de ... Madrid, Real Academia de La Historia, 1935. CLXXII+870 págs., fol., 18 láms.

Dedica Ureña el cap. III de la introducción al Fuero de Moya, y asegura haber indagado cerca del ayuntamiento para conocer su paradero, con el resultado desalentador de la respuesta que el secretario Leonardo del Rincón le dirige el 25/12/1918, en la que le asegura no encontrarse ya el fuero, desaparecido a causa del incendio provocado por las tropas carlistas. No nos parece a nosotros un asunto zanjado, y no perdemos en absoluto la esperanza de encontrar éste y otros muchos documentos cuyo paradero se desconoce. Podría haber sido Mateo López el último testigo de la existencia del Fuero de Moya, caso de haberse perdido, ver "Memorias históricas de Cuenca y su obispado", vol. I, pág. 61, y lo que decimos a propósito de la recuperación de documentos del Archivo de Moya, en Proyecto de Transformación de la biblioteca de Landete, donde hablamos también de la Colección Andrés. Y dice Mateo López que "principia por los cuatro Evangelios; incluye el catálogo de los primeros jueces de Moya; la avenencia entre el Concejo y la Aljama de Cuenca; la reforma del fuero por el rey don Sancho, y carta del mismo rey, escrita en Sevilla a 8 de junio, era de 1330 [1292], condeciéndoles la Mayordomía y las mejoras del fuero, y concluye con el arancel de los derechos de entrada. También se conserva en dicho legajo otro códice castellano, escrito en papel al que le falta el principio: se conoce que estos códices están copiados por el de Cuenca, porque el copiante conservó la voz de Cuenca en varias partes de la escritura, que algunas se hallan enmendadas en Moya". Conviene ver "Orientación bibliográfica sobre la conquista y fueros conquenses", de A. Herrera García, en CUENCA, nº 11, 1977, con mucha información sobre el tema. El cap. XLV de la Forma Sistemática, págs. 852/855, incluye el Catálogo de los Jueces de Cuenca: “Juez XXXIII, Pascual de Garci Pérez, cuando fue poblada Moya”. Encuéntrase también en P. Pruneda, "Crónica de la Provincia de Cuenca", Apéndice I, págs. 58/59; en Mateo López, Memorias, vol. I, págs. 62/65; y en Muñoz y Soliva, Obispos, págs. 83/85, y Cuenca, págs. 69/71 del tomo II.


89. VEGA Y TORAYA, Francisco de la.- "Crónica de la Provincia de Castilla, León y Navarra, del Orden de la Santissima Trinidad, Redempcion de Cautivos ...". Madrid, 1720-1723-1729, 3 vols.

Ver I Parte, libro I, cap. XXXVII, aparición de la Virgen de Texeda, y concesión de San Julian a la Orden trinitaria para fundar convento: párrafo 545, aparece la Virgen, a dos leguas y media de la villa de Moya. Se construye pobre ermita. Ruega San Julian a San Guillermo Escoto envíe religiosos fundadores; párr. 546, cita a Ponce de León, y reproduce el texto del lienzo que ya conocemos, véase también Bermejo; párr. 547, rebate el argumento de Ponce, basado en el manuscrito que encuentra en el archivo del convento; párr. 548, se funda Texeda en 1207, según Navarro, aunque cita bula de Inocencio III (1198-1216) en la que se nombran algunos conventos existentes, sin incluir a Texeda; párr. 549, según la crónica del P. Navarro, va San Lesmes a Texeda de parte de San Julian, con ayuda de costa para el santuario. Libro III, cap. XX, párr. 1600, funda Escoto Texeda en 1207, y regresa a Burgos con Juan de Mata; caps. XVII a XXV, párrafos 1573 a 1661, vida de San Guillermo Escoto. II Parte, libro IV, cap. LXI, págs. 426 a 432, párrafos 970 a 982. Describe el lugar de Texeda la Vieja, y cree que la inundación que motiva el traslado tiene lugar en 1332. Se refiere al Tratado de Oración de Ponce, y que Juan Pastor acabó sus días como religioso en Texeda. Defiende que la segunda aparición fue el mismo año que la primera. Aporta datos de la vida de Fray Bartolomé de Texeda, religioso profeso del convento, famoso por sus disciplinas y por la prodigiosa aparición de su cabeza fuera del sepulcro, de la que guardaban un fragmento los primeros marqueses de Moya, según el P. Altuna, su Chronica, pág. 145. III Parte, Libro VI, historia de San Simón de Roxas; cap. V, párr. 451, episodio de la endemoniada lasciva; cap. IX, párr. 488, va Roxas a Texeda y apaga un fuego milagrosamente; párrafos 489 a 491, hace penitencia en Texeda y le acosan los demonios, mas triunfa y le entrega María el cíngulo de castidad, acontecimiento que vuelve a citarse en cap. XIV, párr. 531; cap. XXXVI, viaje de Simón de Roxas a los conventos de la Mancha, párrafos 1050 a 1052, pasa por Texeda, y 1053, va a la Fuen Santa. Es Vega, con el P. Ortega, la mejor guía que tenemos para el conocimiento del manuscrito de Fray Antonio Navarro, que dice haber consultado, pág. 179 del primer volúmen, encontrándose a la sazón en la biblioteca del convento de Madrid y cuyos datos transmite tal cual. El P. Bermejo y Fr. Antonino de la Asunción le reprochan su falta de objección a la historia de Lupián Zapata.

90. VEGA Y TORAYA, Francisco de la.- "Vida del venerable siervo de Dios ... Simón de Roxas". Madrid, 1760. 511 págs.

Ver caps. XVIII y LXXIV. Es el P. Vega una fuente esencial a la historia del Santuario de Texeda. Véase también la vida de Roxas en López de Altuna, "Primera parte de la chronica del Orden de la Santissima Trinidad redención de cautivos", Segovia, 1637, libro III, págs. 453/572, A. Gaspar Bermejo, libro III, y la obra de Francisco de Arcos, sin olvidar a Francisco Manzano, "Centellas de amor de Dios, y su Madre. Que sin poderse contener despidió, el encendido, y abrasado coraçon del muy venerable Padre, y Reverendísimo Maestro Fray Simón de Roxas. Confesor que fue de la Reina nuestra Señora Doña Isabel de Borbón...", Madrid, 1653, aunque no pasa de ser un panegírico escaso de datos biográficos, que acompaña con parecidas semblanzas de varios discípulos del santo, y algún que otro error. Mucho más interesante es, sin duda, otra edición vegana de la vida del santo corregida y aumentada por el P. Bermejo, con extenso apéndice que contiene transcripción de los documentos de beatificación y narra las innumerables y brillantes ceremonias que al efecto se celebran en diócesis y conventos, "Ave María. Vida del Beato Simón de Roxas, del Orden de la Santissima Trinidad, redención de Cautivos Christianos, fundador de la Congregación del Dulcisimo Nombre de María...", Madrid, 1772, con índice, 421 págs. y apéndice, 61 págs., de la que remitimos al cap. XVIII, párrafos 156 al 164; cap. XXVI; cap. LXXIII, y cap. LXXIV, en el que se habla de una capilla hecha de la celda que poseían los marqueses de Moya junto al altar mayor, párrafo 891.

91. ZURITA, Gerónimo de.- "Anales de la Corona de Aragón". Zaragoza, 1562-1579. Hay ed. moderna, de A. Canellas López, 1967; 8 vols.

Auténtico compendio de datos, algunos sorprendentemente precisos. No en balde pudo Zurita consultar el archivo de los marqueses, que debía estar en Moya, a juzgar por la correspondencia del cronista con el II y III condes de Chinchón, y con el cardenal arzobispo de Burgos, don Francisco de Mendoza y Bobadilla (Colección Salazar, Mss 9/111, 9/112 y 9/113), condiscípulo del cronista en la Universidad de Alcalá, véase nuestras notas al Tizón, y Dormer, Progresos del Reino de Aragón. En carta de 25/1/1563, le agradece el cardenal el envío de los Anales, que le alaba grandemente; y responde el III conde de Chinchón en carta del 18/11/1575 que no puede enviarle ningún papel, por estar el archivo de su casa en el marquesado de Moya. No podía ser otro sitio que la misma villa. Consultar:

Tomo I, años 695?-1276.

Libro II, cap. LXXIII, toma de Mira en 1219, por el Arz. Don Rodrigo.Libro III, cap. XLIII, 1247, sobre señalamiento de términos a las heredades de los infantes de Aragón, don Alonso y don Jayme, hijos del rey Jaime I, que otorga Aragón al primero y Valencia al segundo.

Tomo II, años 1276-1313.

Libro IV, cap. CXIX, 1290, Juan Núñez se confedera con el rey de Aragón contra Sancho IV, y éste toma Moya. Luego, Juan Núñez y sus hijos le hacen vasallaje y le ofrecen Moya y Cañete. Nueva confederación en 1291, con Sancho IV. Cap. CXXIV, 1291, a pesar de los acuerdos, y desconfiando de los Núñez, Sancho IV cerca Moya y Cañete. Libro V, cap. XX, 1296, don Alonso de Castilla [Alonso de la Cerda] hace donación al infante don Pedro de Aragón de Cuenca, Alarcón y del castillo y villa de Moya, y de Cañete, con motivo del trato para el casamiento con Violante de Aragón. Cap. XXXII, 1297, el rey Alfonso de Castilla da las villas de Cuenca, Moya, Alarcón y Cañete a don Jaime de Aragón. Cap. LXVI, 1304, se entrevistan los reyes de Castilla y Aragón en Campillo, frontero entre Aragón y Castilla.

Tomo III, años 1300-1344.

Libro VI, cap. LXXVI, 1327, pleito de mojones entre el obispado de Cuenca y el de Teruel por la villa de Moya. Libro VII, cap. XXXIV, 1336, Pedro IV, en Chelva, con gente de Requena y Moya, prende a don Pedro de Jérica. Cap. XXXVII, 1337, gentes de Cuenca, Molina, Moya, Huete, Requena, Soria, etc., van a guerrear contra Aragón y Valencia.

Tomo IV, años 1344-1410.

Libro VIII, cap. XXXV, 1349, Bernaldo de Cabrera, para el trato del matrimonio de la Infanta doña Juana con el Conde de Trastamara, ofrece Requena, Molina, Cuenca, Cañete y Salvacañete, y todos los lugares y castillos de la zona. Libro IX, cap. III, 1356, comienza la guerra de los Pedros, y el Conde de Denia con Pedro de Jérica rompen en Castilla por la zona. Cap. XVI, 1358, noticias de Garci Fernández de Villodre, alcaide de Moya. Cap. XXXI, 1361, el Infante don Fernando se compromete a dar al rey de Aragón las villas de frontera, Moya entre ellas. Cap. LXXI, 1367, Requena, Alarcón, Moya, Cuenca y otras plazas, rehenes a causa del acuerdo de matrimonio entre la infanta Constanza, hija del rey Pedro, y el Infante don Juan. Exige el rey de Aragón a Pedro de Castilla Alcaraz, Requena, Otiel, Moya, Cañete y Cuenca, entre otras plazas, a cambio de confederarse contra Enrique. Libro X, cap. III, 1368, acuerdo del rey de Inglaterra con el rey Pedro de Aragón, para la conquista de partes de Castilla, y que en caso de incumplimiento, el de Aragón tomará Uclés, Requena, Moya, Cañete y Cuenca, entre otros lugares. Cap. X, 1370, Acuerdo entre el rey de Portugal y el rey de Aragón para que aquel fuera llamado Rey de Castilla, y quedara el rey de Aragón con los lugares de Requena, Otiel, Moya, Cañete, Cuenca y otros. Cap. XVI, 1373, acuerdo del rey de Aragón y el duque de Anjou, y exigencia de los lugares de Moya, Cañete, Otiel, y la ciudad de Cuenca. Acuerdo entre el rey de Inglaterra y el de Aragón, para ayudar a este a tomar Requena, Otiel, Moya, Cañete, Molina, etc. Cap. XVII, 1374, más noticias del Villodre, alcaide de Moya. Cap. XLIV, 1389, Talayuelas en el vizcondado de Chelva. Cap. LIV, 1394, Moya en la herencia de doña María de Albornoz.

Tomo VII, años 1452-1474.

Libro XVII, cap. LVI, 1464, varios nobles y prelados intentan arrebatar a Pedro de Bobadilla la custodia de los infantes y de Isabel de Portugal. Libro XVIII, cap. XXIV, 1469, Beatriz de Bobadilla y Mencía de la Torre se van a Coca, por temor a Enrique, a raíz del matrimonio de Isabel y aconsejadas por el Pacheco, abandonando a la princesa. Cap. XLIX, 1473, Se resiste Andrés Cabrera a entregar al rey Enrique y al Maestre de Santiago los tesoros del alcázar de Segovia y las puertas de San Juan y San Martín. Cap LVI, 1473, trabajan los Cabrera por el acuerdo del rey Enrique y los príncipes. Presiones del Maestre de Santiago para apoderarse de Segovia. Acuerdo entre Enrique IV, el Maestre de Santiago, A. Cabrera y Beatriz de Bobadilla para entregar al Pacheco los Alcázares de Segovia, y otro acuerdo entre Cabrera y el Maestre para que antes de entregar los Alcázares, ceda el Maestre a Cabrera San Martín de Valdeiglesias con su fortaleza. Da Enrique Moya a Cabrera, y concierta luego el Maestre que queden en poder del mayordomo los Alcázares de Segovia, puertas de la ciudad y torre de la iglesia mayor, y oficios de Justicia, mas en el caso que pudiera el Maestre obtener Moya, que quedara el Cabrera con las fuerzas y puertas de Segovia, y el Alcázar para el Maestre. Acuerdo secreto entre A. Cabrera e Isabel, con la mediación de Alonso de Quintanilla, una de cuyas condiciones es la confirmación de Moya para Cabrera. Cap. LVII, Moya se pronuncia por Isabel y es tomada por Juan Fernández de Heredia. Cerco de Narboneta por las huestes del Villena. Cap. LXII, 1474, entrevista de Segovia, Enrique e Isabel. Cap. LXIII, 1474, fiestas de reconciliación en Segovia, y comida en que se siente indispuesto el rey Enrique.

Tomo VIII, años 1474-1492.

Libro XIX, cap. XIII, 1474, muere Enrique, y se dice que es a causa de haber sido envenenado en Segovia. Cabrera entrega alcázar y tesoro de Segovia. Cap. XXIV, 1475, se entrevista Fernando con el arzobispo de Toledo en el camino Daroca-Moya. Cap. XXVI, 1475, entrega de los tesoros a los reyes. Presiones del rey de Portugal para obtener los tesoros del alcázar de Segovia. Juan Fernández de Heredia entrega Moya a cambio de otras mercedes. Cap. XXVII, 1475, carta de la princesa Juana a la villa de Madrid, dando su versión de los hechos de la sucesión, y de la entrevista de Segovia, en la que asegura que Andrés Cabrera se opone a que el rey sea raptado. En ella se afirma la promesa de Cabrera de defender los derechos de Juana al trono de Castilla. Cap. XLVI, 1476, A. Cabrera media para negociar la entrega de la fortaleza de Burgos. Cap. LII, 1476, los disturbios de Segovia, Maldonado. Libro XX, cap. XXI, 1478, título de marqueses a petición de los grandes del reino, y Condado de Chinchón. Cap. LXX, A. Cabrera en el cerco de Málaga. Cap. LXXI, 1487, episodio del moro fanático en el campamento de Málaga.

Debe completarse con "Los cinco libros postreros de la Historia del Rey Don Hernando el Catholico. De las empresas y ligas de Italia", tomo VI de la edición de Dormer, Zaragoza, 1670, donde se narra con lujo de detalles la situación del reino a la muerte de Felipe el Hermoso. Véase libro VII, a partir del cap. XV. En los caps. XXXVI, XLIII y XLIIII (sic) se dan datos dispersos de los acontecimientos de Segovia de 1506/7, y relación detallada de la toma de la ciudad por los marqueses de Moya en el cap. LV.

Sería desproporcionado hacer aquí un análisis pormenorizado de todo cuanto de Moya hay en los Anales, pero no nos resistimos a abordar un aspecto de su historia no por más recurrido menos interesante, que se hace evidente en esta crónica como en ninguna otra. Entre 1290 y 1373, Moya es ofrecida o canjeada, exigida, o simplemente regalada en presente de bodas, ¡En trece ocasiones!. Y no acaban aquí sus problemas, porque en 1375 es forzada por Enrique II a reconocer el señorío de Micer Gómez de Albornoz en premio a su toma de partido en la pasada guerra civil, y en castigo a la militancia pedrista de Moya al mando de Garci Fernández de Villodre, alcaide de su fortaleza, mayordomo y hombre de confianza del rey Pedro, cuya muerte contempla inerme aquella noche negra de 1369 en los campos de Montiel. Muerto Juan de Albornoz, hijo de Micer Gómez, en 1379, quedaba franca Moya para retornar al patrimonio real por falta de descendencia masculina, circunstancia que aprovecha la viuda, Constanza de Castilla, para venderla por unos florines a los propios moyanos en un claro gesto de cinismo señorial, no insólito por otra parte, adquiriendo con ello unos derechos sobre su propia tierra que no obstante mal podrían defender. A poco, se introducía plena de incertidumbre en el turbulento siglo XV, donde otros acontecimientos darían finalmente la puntilla a su tradicional estatus de relativa independencia como realengo, quedando definitivamente postrada en 1521 a raíz de la Guerra de las Comunidades. Es muy posible que esta, llamémosle indefensión, agudizara una paulatina toma de conciencia devenida inevitablemente en la Historia de una Rebeldía, que muy bien pudiera ser el título merecido a sus esfuerzos.