Capítulo I

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13. COLECCIÓN DE CORTES DE LOS REINOS DE LEON Y CASTILLA.

38 cuadernos. Madrid, Real Academia de la Historia. 1836, o bien,

CORTES DE LOS ANTIGUOS REINOS DE LEÓN Y CASTILLA. 4 vols., Madrid, 1861-82.

Sabemos por Pinel y Monroy, en base a los documentos del archivo de Moya (Retrato, págs. 217 y 218), que Moya asistió a las Cortes de Castilla en representación propia desde las de Cuéllar (1319), recién estrenado su carácter de realengo, hasta las de Soria (1375), caso de haberse producido, en las que Enrique II fuerza la sumisión de la villa a Micer Gómez de Albornoz, véase lo que decimos al respecto en nuestras notas a “Retrato del buen Vasallo”. Sea como fuere, encontramos dos veces a Moya en los Ordenamientos de Cortes. La primera en las de 1348, Alcalá de Henares, época de Alfonso XI, "... En Cuenca, e en Vesste (Huete) e en Moya e en sus términos, el que oviere quantia de doze mill maravedis, sin las cassas de su morada, que mantenga vn cauallo" (disposición 77 del Ordenamiento de Peticiones de Cortes). La segunda, en las de Valladolid, año de 1351, época de Pedro I, "...E los lugares de los puertos dela mar e dela tierra do han de dezmar et otrosí do han de estar las guardas son estos. En la tierra ... Et el otro puerto en Moya, e la guarda del ssea en Cannete e en Cuenca. Et el otro puerto en Cuenca, et la guarda ssea en Huepte", en el Cuaderno Primero, disposición 14. Para un completo conocimiento del tema, remitimos a "Las Cortes de Castilla en el período de tránsito de la Edad Media a la Moderna, 1188-1520", de Wladimiro Piskorski, trad. de C. Sánchez Albornoz, con un estudio de J.Valdeón Baruque. Barcelona, El Albir, 1977; y un análisis histórico de todos los cuadernos de cortes, en "Historia de las Cortes de León y Castilla". Madrid, R.A.H., 1883-84, Tomo I. Introducción de D. Manuel Colmeiro.


14. COLMENARES, Diego de.- "Historia de la Insigne cibdad de Segovia ...". Segovia, 1637. 662 págs., 4º. Hay edición moderna, de la Academia de Historia y Arte de San Quirce, 1970, 2 vols.

Muy interesante para el conocimiento de los sucesos de Segovia, incluida la coronación de Isabel. Es, como buen segoviano, algo crítico con los marqueses de Moya y los condes de Chinchón, que le reprocha Pinel, Retrato, págs. 261 y 262.

Consultar cap. XXXIII, I, 1468, da el rey a su mayordomo Cabrera los cargos de Segovia que habían correspondido a Pedrarias, menos el Alcázar, que queda en poder del Villena. III, 1470, recibe el Cabrera la tenencia del alcázar de Segovia. X y XI, 1472-1473, presiones del Villena sobre el rey para arrebatar a Cabrera el alcázar y tesoros de Segovia, y alborotos contra los conversos, defendidos por el Cabrera, narrados en detalle, con la transcripción de una cédula del rey ordenando al tesorero del alcázar, Rodrigo de Tordesillas, la entrega de una cantidad al alcaide Cabrera para abastecimiento de la fortaleza segoviana, con respuesta y acuse de recibo del mayordomo. XII, 1473, nuevas presiones sobre Andrés Cabrera para la entrega de ciertas cantidades del tesoro del alcázar de Segovia, para proveer a la boda de la infanta Juana con el infante Enrique de Portugal, a lo que se resiste el alcaide. Insiste el Villena, exigiendo las puertas de San Juan y San Martín para el marqués de Santillana, infructuosamente. XIII, 1473, enemistad de los Pacheco con Cabrera, y maniobras de éste para que Enrique designe a Isabel por heredera. Viaje de Beatriz de Bobadilla a Aranda disfrazada de aldeana, para avisar a la princesa; XIV, 1473, reconciliación de Segovia, favorecida por los Cabrera; y XVI, 1474, banquete en la casa del obispo, e indisposición de Enrique.

Cap. XXXIV, I y II, 1474, coronación de Isabel en Segovia. VI, 1475, entrega Cabrera a los reyes los tesoros del alcázar. VIII, 1475, presiones del rey de Portugal y resistencia del alcaide. X, XI y XII, 1476, alteraciones en Segovia, a cargo de Alonso Maldonado, e intervención de la reina a favor de Cabrera. XV, cortes de 1480, Toledo, merced de 1200 vasallos para los Marqueses de Moya en los sexmos de Valdemoro y Casarrubios, y encargo de contarlos a Francisco González de Sevilla; y XVI, protesta del pueblo de Segovia, y actos públicos de pesar por la usurpación en favor de los Cabrera.

Cap. XXXVI, V, 1506, ceden los Cabrera la tenencia del alcázar de Segovia, presionados por Felipe y Juana, que entregan la alcaidía a don Juan Manuel, favorito de Felipe el Hermoso que luego sería importante personaje de la corte de Carlos V, canciller e ilustre erasmista, véase Marcel Bataillon, E y E, pág. 269. VI y VII, 1506-1507, muere Felipe el Hermoso, y regresa Cabrera. Ayudado por el duque de Alburquerque, toma la puerta de Santiago y cerca el alcázar; VIII, 1507, magnífica descripción de los bandos en discordia, a favor y en contra del regreso de los Cabrera, con intervención de Juan, segundo hijo y heredero del título de marqués. IX, X y XI, 1507, asedio y toma del alcázar, descrito en detalle. Cap. XXXVII, 1520, XIV, rebelión de las Comunidades. Se refugia en el alcázar el Conde de Chinchón, Fernando de Cabrera y Bobadilla, donde es cercado, desamparando su casa y puertas de la ciudad, que son tomadas por los insurrectos. VIII a XI, cerco del alcázar, donde también está el hermano del Conde, Diego. Estragos en las fortalezas de Chinchón y Odón.

15. CÓRDOBA, Buenaventura de.- "Vida militar y política de Cabrera". Madrid, 1844-45. 4 tomos refundidos en 3 vols.

Tenemos el bombardeo de Moya en el Tomo IV, así como la toma de Carboneras, que se narra con cierto detalle, no exenta de patetismo. En los tomos II y III, varias acciones en la tierra de Moya.

16. CORTAZAR, Daniel de.- "Memorias de la comisión del mapa geológico de España: Provincia de Cuenca". Madrid, 1875. 425 págs., 4º. 4 láms. plegables. Ver catálogo de rocas, y descripción geológica. En la página 124 hay un croquis del cerro de la Villa. Para un estudio más detallado de toda la tierra de Moya, remitimos al Mapa Geológico de España, del Instituto Geológico y Minero.

17. "CRÓNICA INCOMPLETA DE LOS REYES CATÓLICOS". Anónimo. Prólogo y notas de Julio Puyol. Madrid, 1934. 366 págs.

Historia novelada con algunos diálogos entre diferentes personajes de la corte, a los que parece conocer muy bien. Véase el prólogo; Título VIII, semblanza de Andrés Cabrera y Beatriz de Bobadilla, y diálogo de esta con el rey Enrique en procura de la sucesión de Isabel; Título IX, reconciliación de Segovia, maniobras del Villena, y su muerte; y Título LIV, la revuelta de Maldonado, de 1476, muy bien interpretadas las dudas de Isabel: el pueblo de Segovia y los grandes del reino, en contra del protagonismo de los Cabrera; el cardenal Mendoza y el conde de Benavente, a favor. Ya sabemos cual fue su opción. Hay que decir que no se tiene certeza, aunque sí sospechas, de la autoría de la crónica, recayendo en Alonso Flores por algunos indicios especificados en el prólogo, y que seguramente una de las pocas personas que vio el códice original, escrito a fines del siglo XV, fue Pinel y Monroy, que dice haberlo consultado, Retrato, pág. 165. El texto actual corresponde a una copia de la Real Academia de la Historia, signª. 12-3-4, y procede de la Colección Salazar.

18. "CRÓNICA LATINA DE LOS REYES DE CASTILLA". Edición crítica e índices por Mª Desamparados Cabanes Pecourt. 3ª ed. Zaragoza, 1985. Col. Textos Medievales, 11. 112 págs., 8º.

Fernando III y el Miramamolín Abú Zeyt, en pág. 64. Ver el Bulario de la Orden de Santiago, y Hernández Jiménez.

19. "CRÓNICA DE LA PROVINCIA FRANCISCANA DE CARTAGENA". Pablo Manuel Ortega, O.F.M. Murcia, 1790. 3 vols, fol. Hay edición facsímil. Madrid, 1980.

Parte Primera: Tenemos la fundación del Convento de San Francisco de la Vega, a petición del Bachiller Francisco Caballón y su mujer Ana Badaloche, Libro VIII, cap. IV. Debía sin duda tratarse de personas muy piadosas, de los que hay que decir fueron testigos del milagro de 1552, en Santerón, donde el niño Miguel de Torralba torna a la vida (véase la "Historia de Nuestra Señora de Texeda", del P. Bermejo, pág. 487). Eran también de recia estirpe, ver Col. Salazar, 9/1558, leg. 21, carpeta 7, nº 3, Información de Hidalguía y Limpieza de Sangre del Doctor Baltasar Caballón de la Carrera, Alcaide del castillo de Moya, Moya, 1630, hijo de los precedentes, que sabemos escribe una historia de Moya con datos fundamentales. En la Parte Tercera hay una semblanza de Athanasio Rama, confesor, Prior del convento de Orihuela, hijo ilustre de Landete, Libro IV, caps. I a IV; y en el Libro II, cap. XXV, la "Vida del venerable Padre Don Juan de Molina, Presbytero, y Párroco del Lugar de Landete". Utiliza el P. Ortega, entre otras fuentes, el manuscrito de Fray Antonio Navarro, que supuestamente describe la fundación y primeros pasos del convento franciscano de Moya, y la segunda fundación del convento de Texeda e historia del Santuario. Se trata de cinco o seis cuadernillos escritos hacia 1600 que conocieron también el P. Vega y Baltasar Porreño, quizá perdidos. En ello estamos.

20. "CRÓNICA DE LOS REYES DE CASTILLA, I y II". Colección ordenada por D. Cayetano Rosell. Biblioteca de Autores Españoles.

Vol. 66: Crónica de Alfonso X, Sancho IV el Bravo, Fernando IV, Alfonso XI y Pedro I. Madrid, 1875.

Vol. 68: Crónica de Enrique II, Juan I, Enrique III y Juan II. Madrid, 1953.

Se trata, sin duda, del período más turbulento de la historia de Moya, que aparece repetidamente como elemento de discordia, canje y presa de conquista en la llamada "Crónica de los tres reyes", etapa caracterizada por el auge de los Lara, familia preeminente en Castilla sobre todo a partir de las Cortes de 1177, año en que muere don Nuño Pérez de Lara en el sitio y toma de Cuenca, y cuya influencia llega hasta el reinado de Enrique II, véase Moxó, "De la nobleza vieja a la nobleza nueva", pág. 32 y ss., y por supuesto Salazar y Castro, Casa de lara, tomo III, lib. XIX, cap. XVIII. Nos interesan Juan Núñez I el Gordo o el Mayor, señor de Albarracín, Juan Núñez II el Mozo, y su hermana doña Juana Núñez la Palomilla, principalmente. Blanca, hija de ésta última, casa con el Infante D. Juan Manuel, que poseía Moya. Es, por tanto, madre de la reina Juana, mujer de Enrique II, el Trastamara. Tienen también relación con Moya de una u otra forma D. Diego López de Haro y los Infantes de la Cerda. Consúltese el magnífico "Indice de las personas, lugares y cosas notables que se mencionan en las tres crónicas de los reyes de Castilla: Alfonso X, Sancho IV y Fernando IV", de Casto Mª del Rivero, en HISPANIA, 1942: nº VII. págs. 163-235; nº VIII, págs. 323-406; y nº IX, págs. 557-618. También Muñoz y Soliva, tomo II, cap. V, "Historia de Cuenca". No encontramos referencias a Moya en la crónica de Alfonso X, aunque sabemos que pasa por la villa en 1269, en compañía de Jaime I el Conquistador, véase "Itinerari de Jaume I El Conqueridor", por Joaquim Miret i Sans, Barcelona, Institut d'Estudis Catalans, 1918, págs. 418/419: vienen de Toledo, y visitan Moya a primeros de enero en su paso hacia Chelva, para continuar sólo hacia Valencia el rey de Aragón. Se basa Miret en el "Llibre dels feyts esdevenguts en la vida del molt alt senyor Rey, en Jaume lo Conqueridor...", según manuscrito del siglo XIII. Véase párrafo 481, pág. 472 en una rara edición de esta crónica, s/l, s/f, 536 págs, 8º. Tiene cierto interés el rastreo de personajes ilustres que pasan por Moya y las circunstancias históricas o meramente personales que les llevan. Sabemos, por ejemplo, que cerca Moya Sancho IV en 1290 y 1291, véase Zurita, y está en Moya el infante D. Juan Manuel en febrero de 1306 y febrero de 1308, véase A. Giménez Soler; pasa también por Moya Alfonso XI en 1333 (era de 1371), y ordena destruir la fortaleza de Cardenete, véase Col. Abella, leg. 2º, doc. 14; y Pedro I, en junio de 1364, véase L. V. Díaz Martín. Pasa por Moya Fernando el Católico en octubre de 1479, según demuestra Romeu de Armas en su "Itinerario de los Reyes Católicos", Madrid, 1974, pág. 82, y tenemos otros datos de interés que permitirían enfocar este asunto con más detenimiento, sin excluir alguna que otra incursión por el siempre atrayente reino de la leyenda, en cuya frontera nos movemos agradablemente, por ejemplo, indagando la muy posible presencia de Averroes, que pudo haber acampado en Garaballa el año 1172, en la penosa retirada del ejército almohade, ver Almonacid Clavería. Nos adentramos temerariamente en el reino de la fantasía si tratamos de imaginar la toma de Moya por Tarik, y a sus huestes alejarse con la espada ensangrentada y precioso botín de mujeres hermosas, véase Florián de Ocampo.

Crónica de Sancho IV, cap. VI: otorga el rey a Juan Núñez I las plazas de Moya y Cañete de por vida (1289). Cap. VII: Moya, base de operaciones de Juan Núñez I, y acuerdo de boda de Juan Núñez hijo con Isabel de Molina, hija de Blanca de Molina, a cuyo efecto alberga Moya varios rehenes enviados por el rey Sancho (1290). Cap. VIII: Sancho arrebata Moya y Cañete a Juan Núñez, que se alía con el rey de Francia (1291).

Crónica de Fernando IV, cap. X: otorga el rey Moya y Cañete de por vida a Juan Núñez II, su mayordomo (1303). Cap. XIV: acuerdo conseguido por María de Molina, según el cual Juan Núñez entrega Cañete, Moya e Iscar a cambio de otras plazas (1307). Cap. XV: se niega Juan Núñez a entregar Moya y Cañete, y a salir del reino, ante la orden de expulsión, siendo cercado en Tordehumos (1308).

Crónica de Alfonso XI, cap. XII: en las Cortes de Medina del Campo, 1318, retornan al rey las villas de Moya y Cañete, por no haber descendencia legítima de don Juan Núñez de Lara II. Cap. CLXXIV: carta del rey a los concejos de Cuenca, Huete, Requena, Moya y otros, para que ayuden a don Diego López de Haro y a don Pedro de Xérica en la guerra de Aragón. Cap. CCLXXIII: manda el rey traer madera de los pinares de Moya para hacer casas en el cerco de Algeciras, destruídas a causa de las intensas lluvias, y la crecida del río Miel. Cap. CCLXXXV: Ferran Rodríguez, señor de Villalobos y ricohombre del rey, al mando de gente de Cuenca, Requena, Moya y otras, ocupan uno de los márgenes del río Miel, en el largo cerco de Algeciras. Hay luego otras acciones y celadas de este capitán, en las que presumiblemente interviene gente de Moya.

Juan II, año 1448, cap.I: gente de Cuenca y Moya ayudan a Diego Hurtado de Mendoza, señor de Cañete, a recuperar el castillo de Huélamo, en manos del alcaide de Albarracín por cuenta del rey de Navarra.

21. ENRÍQUEZ DEL CASTILLO, Diego.- "Crónica del Rey D. Enrique el quarto de este nombre, por su capellán y cronista ...". Madrid, 1787. 350 págs., 4º. Acompañada de las "Coplas de Mingo Revulgo", de Rodrigo Cota, o bien la edición crítica de Aureliano Sánchez Martín, Universidad de Valladolid, 1994, 432 págs.

Testimonio de primera mano del turbulento reinado del Impotente. Véase cap. XXXIX, ocupa Andrés de Cabrera el puesto de mayordomo, al vacar por cese de Beltrán de la Cueva; cap. CXIX, entrega el rey a Cabrera la gobernación de Segovia, aunque queda el alcázar todavía para el Villena; cap. CXXV, entrega del alcázar y tesoros de Madrid a Andrés Cabrera; cap. CXLIII, entrega el rey a Cabrera la tenencia del alcázar; cap. CXLIX, el incidente de Alcalá, curioso episodio en el que Cabrera es arrollado por un grupo de caballistas enzarzados entre sí en una pelea de honor de la que el alcaide quiere disuadirles por encargo de su rey. La interpretación de este pasaje de la crónica nos llevará a otras importantes cuestiones cuando hablemos de Pinel y Monroy; cap. CLIII, queda en Segovia la princesa Juana en custodia del conde de Ureña y de Andrés Cabrera mientras Enrique IV se propone expulsar del reino a Isabel y Fernando; cap. CLXI, presiones del Villena y entrega del alcázar de Madrid; negativa de Cabrera a entregar Segovia, y alborotos de 1472, descritos con detalle; cap. CLXII, se resiste Cabrera a entregar 20 quentos de maravedís (20 millones), del tesoro de Segovia, destinados a dote para el casamiento de la Infanta Juana. Oficia el alcaide el solemne recibimiento del recientemente nombrado cardenal, don Pedro González de Mendoza, en Segovia; cap. CLXIII, presiones del Villena para conseguir la guarda de las puertas de S. Juan y S. Martín, en Segovia, a lo que se resisten los Cabrera; cap. CLXIV, reconciliación de Segovia, y comida fatal para Enrique IV. Nuevos planes del Villena para tomar Segovia y prender a los Cabrera. Viaje en burro de Beatriz a Aranda en busca de la princesa Isabel.

Es Enríquez la cara opuesta de Palencia: reverencial y excesivamente justificativo, aunque testigo presencial y ciertamente honesto.


22. ESTRADA, Juan Antonio de.- "Población General de España, sus Reynos, Provincias, Ciudades, Villas y Pueblos, islas Adjacentes, y presidios de Africa, escrita por el pagador ...". Madrid, 1768. 2 vols., 8º.

Moya está en el vol. I, págs. 265 y 266. Viene a ser una copia textual del libro de Méndez Silva, pero asigna 500 vecinos para Moya, lo que nos parece muy exagerado. Sin ánimo de entrar en detalles propios de un estudio más completo, creemos que la estimación de Estrada no se ajusta a la realidad, ya que si bien no es posible comparar con el censo de Aranda, justamente efectuado el mismo año de edición de Población General, pero falto de los datos de Cuenca, sí podemos hacer un cálculo aproximado exceso/defecto, al contar con otros censos anteriores y posteriores, que son el Catastro de Ensenada, pregunta 21, de 1752, y el Censo de Floridablanca, de 1786; y aunque el dato que tenemos de aquel es el número de vecinos, y éste viene dado en habitantes, no resulta difícil encontrar un coeficiente habitante/vecino aceptable, ya que precisamente en 1786 se efectúa también el recuento correspondiente al Diccionario Geográfico de Tomás López, que se da en vecinos, y son 360. Como el Censo de Floridablanca arroja un total de 1.291 habitantes al que le sumamos un 5% estimado de ocultaciones, obtenemos un coeficiente de 3,8, aceptable ("La sociedad española en el Siglo XVII", de A. Domínguez Ortiz). Aplicando este coeficiente al número de vecinos de Ensenada, que son 285, tenemos el límite inferior posible, y podemos llegar a la conclusión, prima facie, de que la población de Moya en 1768 debía estar entre 1.083 y 1.291 habitantes, lo que nos da una cantidad aproximada de 305 vecinos, que parece más razonable. Concuerda bastante con los datos de Miñano y Bedoya, véase. Méndez Silva, como se verá, da 300 vecinos para 1675. También J.M. Girón, y llama la atención Torres Mena. No se nos oculta el dato significativo que aporta el mismo "Censo español executado por orden del Rey comunicada por el excelentísimo Señor Conde de Floridablanca, primer Secretario de Estado y del Despacho, en el año de 1787", que en la advertencia preliminar, tercera página sin numerar, recuerda la "...epidemia casi general de tercianas y fiebres pútridas, especialmente en las dos Castillas...", lo que puede explicar bastante bien el escaso incremento de población habido con relación al vecindario de Ensenada, y el relativamente bajo coeficiente.

23. FERNÁNDEZ DE OVIEDO, Gonzalo.- "Batallas y Quinquagenas". Madrid, 1983; 534 págs. Tomo I. Españoles. Biografías. Transcripción de José Amador de los Ríos. Otra edición, Salamanca, 1989.

Véase Batalla I, Quinquagena I, diálogo XXIII: Don Andrés de Cabrera. No hemos podido investigar todavía su extensa obra manuscrita.